CONTRA LOS CRISTALES II

Ayer pasé por tu balcón,
henchido como un glotón de respirar tu azahar,
vestido de pobre,
vertido en un sobre llenito suspiros por verte asomar.

Ayer quise hacer nido en tu portal,
cartón y litro vino, quizá sea mi destino
arrastrarme por tus venas,
emborracharme de tus poros pa' curarme toas las penas.

Quise gritarte, mi amor,
quise robarte los ojos como un ladrón en la prisión,
el olvido de tus cejas,
que no encuentro consuelo si me dejas tras las rejas.

Quise amarrarme a tus tejas,
deslizarme por tu suelo y tejerme hasta tus piernas,
y más arriba,
quise morir como un bebé en tu barriga.

Ayer quise buscarte en muchos lugares,
ganarte por la miel, derramarte por las costuras,
embarrarme en tu piel en el intento
de arrancarte un lamento al contar tus lunares,
de llevarte a la locura,
con los ojos abiertos, como dos ventanales,
con los ojos encendidos, como lunas, a pares;
y quise salir por tu boca, de un suspiro,
y prenderme en tu ropa, en tu olor y en tu latido.

Ayer de ti quise beber, pero volví a perder...
...contra los cristales...

ME DICES

Me dices que estás nerviosa,
que a ciegas te citas, que ya no te niegas
a rendirte vaporosa a pasear por las estrellas.

Me dices que te has perfumado la piel,
duchitas de frutas pa' tu sábana de miel,
y que vienes con la sonrisa pintada,
con la boquita plateada, de lunita barnizada,
de labios colorados...

Me dices que vienes con los labios sonrojados,
y dispuestos a pagar impuestos,
sacrificados, en dulce rendición;
que vienes dispuesta a dar respuesta
a esta lengua impuesta que nos clava la pasión sin compasión.

Me dices que dudas de tu nariz y de tu boca,
que dudas de tu ropa,
que no sabes qué ponerte...
Tú sólo déjame enloquecerte,
que estoy como loco por verte, como loco por volverte loca.


Me dices que desnude tu alma,
que arrebate tus sentidos, alterando nuestra calma,
que se escuchen tus gemidos al compás de mis latidos,
que te ate, que te pierda, que se tensen nuestras cuerdas...

Me dices que se abrieron hoy las puertas,
corazones en alerta, bien ansiosos de alcanzarse,
de abrazarse, de quemarse,
de borrarse las heridas a lametones,
de quitarse la penita en arañazos.

Y tú y yo así abrazados, será fácil elegir,
será fácil excavar en lo profundo, y así vivir;
y viviendo así amarrados, en locura, en incerteza,
será fácil hacerse un mundo, y resurgir,
será fácil anudarme en tu cintura,
para huir juntos
donde nace la marea,
donde se hace la brisa que a tu risa despereza,
y tú, empapadita de brea,
bien tejida en mis pupilas junto al mar que hoy me perfilas,
será fácil iniciar nuestra pelea, nuestra andadura,
será fácil despistar las armaduras...

Me dices que me quieres; me desarmas, me desnudas...

Y SI HOY NOS TOCA HUIR...

Se me deshace el alma en el reflejo
de tus ojos vidriosos, de tu pena,
y yo nunca había visto que llorase una sirena...

De mi mano, serás siempre mi morena,
mi niña pequeña, mi ilusión y mi boca,
el cuello que pone toda mi piel loca,
el disfraz de esconderse, de pasar frío,
de tumbarnos en la hierba del estío,
de lamernos, de curarnos, de temernos.

Y hoy me toca a mí dejarte huir,
esconderte, cálida, en mi abrazo,
tómate el tiempo que quieras, aquí en mis brazos,
no te hieras,
con tus nudillos de sangre, rotos,
ojalá trenzara, de rodillas, devotos,
unos besos que se aniden en tu pelo,
que acaricien y que adornen tus pechos de caramelo...

Si me saluda hasta el espejo,
¿Será que diste cuerda a mis agujas?
Que me empujas, que me tiras,
que me limpias las mentiras,
me derrites en tus labios cortándome en tiras…

Y si hoy te toca huir,
déjame que sea yo quien pinte tu camelo,
vente mejor por mi camino...
Tal vez te embeleses, y te guste mi alambre de espino,
mi hambre, mi nombre, mi vino,
y tal vez yo te bese,
y te quedes, y me peines,
y me desenredes en caricias, en delicias del destino.

Y si hoy nos toca huir,
por hacerte sonreír,
cortaría hasta las alas que sostienen a la Luna,
y mentira tras mentira, mi mentira se desnuda,
que en la lágrima que cantas, mi garganta queda muda.


Y si hoy toca mentir, y dicen que soy de mentira,
arropada en mi manitas, te protejo y te acurruco,
y desnudo yo me ofrezco,
pues así no sé mentir,
que desnudo yo perezco, sólo por verte vivir,
sólo por verte dormir...

Y si hoy nos toca huir,
quiero arrancarte el perfume,
antes de que el sueño se me esfume,
con la lengua que hoy se inflama,
de morir en tus entrañas,
retorcidos en la cama,
esperando la mañana.

Y si hoy nos toca huir, a pesar de la ventisca,
que nos llueve, que nos nieva,
que nos mueve, que nos lleva...
Que mi piel sea tu manto, que te envuelva en purpurina,
y mi vientre la cornisa, que proteja hoy tu llanto...
Que del blanco de tu brisa,
y del negro en mis escamas,
asomará, si lo precisas, de tu cara esta sonrisa.

YO SERÉ...

Negros, negros nubarrones,
ríos de agua de carbón,
resbalando por tus mejillas de porcelana...

¿Quién te roza el alma?
Dime, ¿Quién se atreve a respirar,
a causarle sombra al mismo sol de mi mañana?

Que en la pena que te aprieta, se me agrietan hoy las venas;
En mi boca y en mis sueños nunca lloran las sirenas...
Que por cada gota de cielo que tú arrojas,
se me enojan los desvelos al querer tenerte ahora.

Hoy vengo a pintarte la alegría,
a iluminar tu día, que para eso soy poeta,
y aquí traigo poesía,
¿Qué esperar sino de mis manos de agonía?
¿Quieres acurrucarte aquí en mi manto?
Yo vendré a canturrearte, a robarte este canto de saeta,
a susurrarte en el oído esta triste melodía...

Que en la pena que te aprieta, se me agrietan hoy las venas;
En mi boca y en mis sueños nunca lloran las sirenas...
Báñame en tu lluvia, princesa, en tu dulce barniz de menta,
yo seré el abismo, yo vencido en tu tormenta,
yo seré el barranco que te acuna, ven mi nena,
yo seré blanco tapiz, yo seré tu luna llena,
yo seré quien moriría, ahora mismo, en tu melena.