CONTRA LOS CRISTALES III

Se escurrió de nuestras manos, un momentito,
se equivocó el tiempo, o el espacio,
se torció nuestro camino
y nos llevó por el desierto del destino.

Se nos hizo hoy andar despacio,
y quisieron torturarnos con ausencias,
y juraron separarnos, y congelarnos en miserias,
y disfrazarnos de tristeza.

Nos rompieron las creencias, a patadas,
y nos hundieron a punzadas las madrugadas,
y nos perdimos en las esquinas dislocadas
donde vive la incerteza.

Y sin saber dónde encontrarte,
en las tinieblas de tu espalda he de buscarte
y rescatarte para llevarte
hasta los sitios que prometí para ti,
que pinté para ti, que inventé para ti.

Me dan igual las prisas, y las pausas,
me dan igual las dudas, las mentiras y las causas,
que yo quiero tu regazo, y me importa un carajo
el tiempo que tardes, las noches que faltes;
que yo decido quedarme.
Me importa una mierda que me lo tengas prohibido
porque yo decido cuándo perderme en el olvido,
y cuándo quedarme, aunque sea por la fuerza,
no habrá dios que nos retuerza,
porque tú y yo, esculpidos recios como el plomo,
boca y boca es lo que somos.

Porque somos una sola pieza.
Porque nos besamos recubiertos de resina,
y así quedamos entrelazados,
y así resistiremos las ventiscas, los calores,
así quedamos amarrados.

Y aunque nos asalten los dolores,
y las rodillas se nos doblen,
y las pesadillas nos devoren
y yo qué sé qué mil desastres más verá nuestra ilusión,
cuando obliga el corazón,
es mejor inhibir la sinrazón de la razón.

Es mejor rendirse, estar callados,
que en el silencio se escuchen mis latidos desbocados,
que en el rozar de las pieles se adormezcan tus temores,
y se mueran los doctores...

Ven a rendirte conmigo,
en el pasar de los días cumpliremos el castigo,
en la oscuridad hallaremos la piedad
que nos seque las heridas.
Me importa una mierda que la partida esté perdida
que yo, de "jaques mates", entiendo un rato;
ya me hicieron a medida los zapatos
que llené de disparates...

Porque somos los pasitos que enlazamos en la vida.
Tú y yo y ahora la agonía,
pero te juro por las emociones que te empeñas en negarme
que traeré a tus lesiones alegría de adornarse.

Escucha ahora que soy tu borrón,
y que me muero por ser tu bastón:

"Que no nos quedan más opciones
que apretar los dientes, aunque sea por las buenas,
y arrancarnos las serpientes, los venenos y las penas..."

...Y si no pues tocará echarnos de menos.

PINTAREMOS

Ayer descansaron mis fantasmas,
y las deudas que cargaba
se licuaron de verte por fin reluciente.


De saber por fin quién miente,
descargué mi ira en perdón, en rendición,
y tu mano supo acariciarme en la traición.


Y así volar será más fácil,
serás más libre y seré más frágil
y costará menos respirar en las alturas.


Ya perdimos la cordura
durante el tiempo en que las aceras
llevaban nuestros nombres, tan absurdos.


Nombres que no sabemos, que nos enferman...
Qué extraño el deseo
y qué cercano el acuerdo que ayer era oscuro.


Gracias por la enseñanza,
gracias por la lección que aprendí
con la sangre de tu piel lastimada.


Con este poema de esperanza,
vengo a decirte adiós de la manera más ruín,
y más dulce que conoce mi lengua ajada.


Hoy se me amargan las entrañas,
se me nublan las mañanas
y a pesar del viento camino lejos de tus manos.


Pintaremos de nuevo más lienzos,
llenos de niños, de ilusiones,
del sol que volvió a salir por ti, profesora.


Pintaremos cuando nos hayan sanado las horas,
pintaremos en los coches corazones
que de barro se derritan en el cotidiano...


En ese momento sabremos entender
qué nos faltó para ser perfectos,
qué nos robó la magia por los rincones,
qué nos sobró de los añicos en que nos convertimos
y qué se hizo eterno a pesar de las lesiones.

VENDRÁS

Te subirás en el lienzo de mi cama,
a pintarme la mañana, a enmarañarme la melena,
ligera como las pisadas del viento.
Y en silencio desnudarás tu tersura,
y pintarás de deseo el suelo con tus prendas,
y mis ojos imantarás a tu cintura.


Me perderé arrancado de cordura,
y mis manos temblarán cuando te rocen
como un chiquillo que siente frío,
que trae miedo a respirar en tu vacío,
que trae celo de enquistarse en tu rocío
y en tu abdomen,
que tiene la ilusión repletita de locura,
y las manos abiertas gritando tu nombre...

Que mi alma se me rompe
por los vértices que dejaste sin besar,
por los surcos del carmín que clavaste sin cesar
en despiadado, brusco, delicioso festín carnal.

Vendrás, como viniste ya en mis sueños,
como la suave brisa de la primavera,
llegarás aquí, a mi pecho, liviana.
Y en silencio, desnudarás mi ensueño
para pintar de seda mi mañana.

Y furiosa en mis entrañas te clavarás,
como el fuego en la madera me volverás
endeble por los huesos, inútil por los besos,
frenesí por la ladera de tus caderas.

Y sólo habremos tú y yo, y tu sabor,
y las estrellas que se alcen de tus latidos.
Embaucados en el humo de nuestro sudor
hasta las nubes lloveremos en deseo,
y de hacernos el amor nos arderán las pieles,
y los dedos,
restallará el tambor del palpitar de nuestras sienes
y sin frenos
se inflamarán, en aullido vertical,
la lengua, los sueños, los ojos, la sangre,
la garganta, el espinazo, la lluvia y el hambre.