YO TE BESARÍA

Por la forma en que me miras, yo te besaría,
porque tus manos me acunan, y me limpian,
yo te besaría,
porque tu boca me hace girar,
y me hace sentir como un niño otra vez, yo te besaría.

Porque me invadió la pasión cuando te vi, yo te besaría.
Yo te besaría hasta que el amanecer te durmiera,
con mi piel como tu abrigo,
con tu pulso como mi ritmo,
y aún así, indefensa, yo te besaría.

Por cada vez que dijiste: "ojalá estuviera ahí contigo",
yo te besaría,
por cada vez que tuvimos que separarnos,
obligados por un viento traicionero,
yo te besaría.

Y sin un solo movimiento, yo te besaría,
hasta que tu sombra y la mía fueran sendero,
hasta que tu forma y la mía
fueran abrazo de resina y acero.

Cada vez que el segundero dé las doce, yo te besaría.
¿Qué mejor manera de desgastarnos los labios,
de sangrar por las sonrisas, de zurzirnos la ilusión?
¿Qué mejor razón para besarnos que no tener ni una razón?

A veces, en la noche de mi cama, yo te besaría,
me encogería pequeñito
hasta que sólo tú pudieras acunarme con tu lengua,
dulce puñal de la inocencia,
dulce muerte en tu clemencia.

Si ahora estuvieras abrazándome despacito,
espiando lo que escribo, yo te besaría;
si estuvieras enroscada en la toalla,
recién duchada, yo te besaría.

Te besaría cada vez que me cruzo con tu perfume por la calle,
te besaría por la nuca y por la espalda,
por el cuello y por el talle.
Te besaría la cintura y los pechos y los muslos,
y te besaría aún más profundo.
Te besaría hasta que no hubiese cama,
ni noche, ni uñas, ni cuerpos, ni nada;
te besaría hasta que fuéramos infinitos.

Te besaría como si fuéramos a morirnos...



A las que no quieren besarme ni siquiera por email...y a las que están locas por besarme...

EL YING Y EL YANG

Somos los que se perdieron sin haberse encontrado,
somos el sueño, el ayuno, somos imsonmio y amparo.
somos tensión en mis ojos, somos orgullo,
somos la dama y el vagabundo,
somos los dos sin querer ser jamás uno.


Somos preguntas incontestadas, al aire,
respiraciones de más y latidos de menos,
somos el frío en tus ojos, el calor en mi sangre,
somos las noches de invierno donde se muere la carne.


Somos las bocas que destilan vanidad,
somos los besos que jamás nos daremos,
somos dos locos que se escupen la verdad.


Somos saliva gastada en abrillantar sueños,
sueños que no miran como tú a este feo,
que no ven tus manos como yo las veo,
que no saben nada de manejar deseos.


Soy quien te busca a ciegas, y a sordas, y a mudas,
soy tu vientre, soy tu olor, soy tu regazo,
soy quien se abriga las lágrimas con tu rechazo,
soy las llagas de mi alma bien desnudas.


Somos la furia en mis pulsos, tú la calma y el arte,
soy gritarte en los rincones, y perderme en la maleza
a buscar más ilusiones que me olvidé de regalarte.


Soy la fuente de la tristeza pues no sé cómo amarrarte,
soy el circo al que le crecen los enanos,
soy la historia que termina en la palma de tus manos,
soy la histeria que germina al tú negarte,
soy morirme en el silencio, en el desprecio, o en el vano.
Soy olvidarte, soy los besos que ya no están,
Somos, como siempre, el ying y el yang.

CONTRA LOS CRISTALES IV

Que se doblan mis paredes, conmigo dentro.
que no avanzo, que no salgo,
que no valgo para amarrarme a tu centro.

Que te pierdo entre mi llanto,
y mientras tanto tú no paras de abrazarme;
y yo me decanto por lanzarme a la derrota,
al espacio en blanco
que han dejado nuestras bocas rotas
al decirse adiós de manera prematura.

Que así no era como debería de explotar mi pecho...
Que así no era como yo creía que lloraría por ti...

Y ahora que te llevas las lunas, las estrellas, y los mares,
ahora que sólo me quedan mis males,
los dolores y alguna foto arruinada de tus manos,
rotos, ausentes de voluntad, como animales,
nos deseamos a los ojos, y nos odiamos a la espalda.

Como seres inhumanos, que no entienden qué les falta,
no dejamos de arrastrarnos en mitad de los zarzales,
de buscarnos en lo extraño, en lo ajeno, en la basura.

Dame un gramito de locura que nos cure de este daño,
un susurro aquí en el alma que nos limpie este veneno.
Dame bálsamo del olor de tu mirada
que me muero en espantada si te busco en los espejos.

Deja que me desdibuje,
que me empuje contra los cristales como un suicida,
que me arda en la garganta o tu nombre o tu saliva,
que me derrito por las piernas y me hundo
en el pantano de la indiferencia de las semanas,
de los calcos de la vida, cuando no te queda vida,
de los calcos de la vida, cuando no te quedan ganas...

Y yo sólo quiero respirar de tu sonrisa
aunque se pierda en el vano,
que me fundo entre las noches y los días en tu ausencia.

Que así no temblaban antes mis manos...
Que así no era como debías dolerme...
Que así no era como yo disfrutaba este castigo...
que así me siento un trapo, un amargo y un inerte...

Que así no era como yo soñaba contigo...