ALICIA IV

Nos encontraremos,
porque la casualidad a veces es justa;
porque me lo debe el destino en la espera valdía.
No podrás olvidar mi mirada en 100 días.
Y no podrás olvidar mi mirada en 100 vidas.
Hay cosas que no se olvidan por mucha tierra que lleven encima.

Nos encontraremos,
porque somos la lluvia y el mar;
y estamos condenados a juntarnos, a beber el uno del otro.
Una vez juramos que nos beberíamos por los besos.
Hay mentiras que de dulces no hacen mella.
Hay tormentas que no cesan, y empapan invariablemente mis huesos
húmedos, mohosos, del barro de echarse de menos horadados.

Nos encontraremos,
porque sabes que quieres morir en mis brazos,
y treparme la lengua en la oscuridad.
Hay susurros que no se olvidan por muchos ecos que los quieran tragar.

Nos encontraremos, irremediablemente,
y todos los momentos serán un solo parpadear,
un leve alzamiento labial,
un sordo palpitar que nos dejará yermos por dentro,
ansiando congelada bocanada de aire en nuestro pecho abierto en canal.

Irreversiblemente se han cosido mis sueños a mis párpados,
cegados, que ya no quieren mirar, ni mirarte.
Y lo peor de todo es que sé que, posiblemente,
me muero de ganas de mirarte...



Estoy llorando sobre este texto de mierda, ahora mismo,
mientras me miento jurando que es lo último que te escribo.
Ilusión de dos años excretada por el lacrimal.
¡Lástima no me excretaran ahora todos mis orificios al unísono!
Sería un digno cuadro el que, por fin, pintáramos juntos.

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