SI...

Si se doblaron las piernas de agarrarse fuerte;
si se cayeron los párpados
atrapados en el sueño de lo inevitable;
si la duda se desnudó ante nuestras atónitas verdades.

Si se voló nuestra inocencia con el ritmo de la vida,
y el trino que nos despertaba se apagó de un perdigón;
si se helaron entre rejas los pálpitos del corazón.

Si ayer nos jugamos, a cartas descubiertas,
una partida ya perdida, y a la deriva
se nos hizo de noche de golpe;
si no encontramos ningún sitio donde dejar los huesos...

Si se fundieron las luces que nos alumbraban
y sólo nos quedó el esmeralda que te adorna la mirada;

Si aun así en la penumbra nos quedan ganas de mirarnos,
si sigue sin haber nada más que nuestros labios,
nada más que ganas de besarnos;
si seguimos temblando, y subiendo,
y soñando con la huida a donde no haga falta encontrarnos;

Si sigo queriendo morir en tu cintura,
ensortijado en tu pelo
como una caracola que quisiera volver al mar.
Si sigues siendo mi dulzura,
mi gotita de arcoiris, mi pasión de caramelo,
la razón por la que quiero caminar.

Sí,
sigues siendo la razón por la que quiero despertar,
sigues siendo mi aire y mis alas,
las nubes donde me abrigo cuando el frío
me recuerda a las malas
que soy el fugaz transeúnte de ciudad Soledad.

Sí, sigo queriendo morir contigo.

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